1 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:
2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y diles a los pastores: Así dijo el Señor DIOS: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿Los pastores no apacientan las ovejas?
3 Coméis la leche, y os vestís de la lana; la gruesa degolláis, no apacentáis las ovejas.
4 No fortalecisteis las flacas, ni curasteis la enferma; no ligasteis la perniquebrada, ni tornasteis la amontada, ni buscasteis la perdida; sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia;
5 y están derramadas por falta de pastor; y fueron para ser comidas de toda bestia del campo, y fueron esparcidas.