8 Y queda la hija de Sion como choza en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.
9 Si el SEÑOR de los ejércitos no hubiera hecho que nos quedase un remanente pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.
10 Príncipes de Sodoma, oíd la palabra del SEÑOR; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
11 ¿Para qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? dirá el SEÑOR. Hastiado estoy de holocaustos de carneros, y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.
12 ¿Quién demandó esto de vuestras manos, cuando vinieseis a ver mi rostro, a hollar mis atrios?
13 No me traigáis más presente vano; el perfume me es abominación; luna nueva y sábado, el convocar asambleas, no las puedo sufrir; iniquidad y solemnidad.
14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma: me han sido carga; cansado estoy de llevarlas.