5 En aquel día el SEÑOR de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de su pueblo;
6 y por espíritu de juicio al que se sentare sobre el trono del juicio, y por fortaleza a los que harán tornar la batalla hasta la puerta.
7 Mas también éstos erraron con el vino; y con la sidra se entontecieron. El sacerdote y el profeta, erraron con la sidra, fueron trastornados del vino, se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el juicio.
8 Porque todas las mesas están llenas de vómito y suciedad, hasta no haber lugar.
9 ¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? A los quitados de la leche. A los destetados de los pechos.
10 Porque mandamiento tras mandamiento, mandamiento sobre mandamiento, renglón tras renglón, renglón tras renglón; un poquito allí, otro poquito allá;
11 porque en lengua de tartamudos, y en lengua extraña hablará a este pueblo,