1 He aquí mi siervo, me reclinaré sobre él; escogido mío, en quien mi alma toma contentamiento; puse mi Espíritu sobre él, dará juicio a los gentiles.
2 No clamará, ni alzará, ni hará oír su voz en las plazas.
3 No acabará de quebrar la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; sacará el juicio a verdad.
4 No se cansará, ni desmayará, hasta que ponga en la tierra juicio, y las islas esperarán su ley.