9 Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid el resto de Israel; torna tu mano como vendimiador a los cestos.
10 ¿A quién tengo que hablar y amonestar, para que oigan? He aquí que sus orejas son incircuncisas, y no pueden escuchar. He aquí que la palabra del SEÑOR les es cosa vergonzosa; no la aman.
11 Por tanto, estoy lleno de la furia del SEÑOR, he trabajado por contenerme de derramarla sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes juntamente; porque el marido también será preso con la mujer, el viejo con el lleno de días.
12 Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus mujeres; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice el SEÑOR.
13 Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande de ellos, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.
14 Y curan el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.
15 ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? No por cierto, no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caerán; caerán cuando los visitare, dice el SEÑOR.