2 Pero fui por revelación, y les comuniqué el Evangelio que predico entre los gentiles; mas particularmente a los que parecían ser algo, por no correr en vano, o haber corrido.
3 Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, siendo griego, fue compelido a circuncidarse.
4 Y eso a pesar de los falsos hermanos, que se entraban secretamente para espiar nuestra libertad que tenemos en el Cristo Jesús, para ponernos en servidumbre;
5 a los cuales ni aun por una hora accedimos a someternos, para que la verdad del Evangelio permaneciese con vosotros.
6 Pero de aquellos que parecían ser algo (cuales hayan sido en algún tiempo, no tengo que ver; Dios no acepta apariencia de hombre), a mí ciertamente los que parecían ser algo, nada me dieron.
7 Antes por el contrario, como vieron que el Evangelio de la incircuncisión me era encargado, como a Pedro el de la circuncisión,
8 (porque el que obró Pedro para el apostolado de la circuncisión, obró también en mí para con los gentiles);