37 Este es el Moisés, el cual dijo a los hijos de Israel: Un profeta os levantará el Señor Dios vuestro de vuestros hermanos, como yo; a él oiréis.
38 Este es aquel que estuvo en la iglesia en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte de Sinaí, y con nuestros padres; y recibió las palabras de vida para darnos;
39 al cual nuestros padres no quisieron obedecer; antes le desecharon, y se apartaron de corazón a Egipto,
40 diciendo a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de tierra de Egipto, no sabemos qué le ha acontecido.
41 Y entonces hicieron el becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron.
42 Y Dios se apartó, y los entregó que sirviesen al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Me ofrecisteis víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, Casa de Israel?
43 Antes, trajisteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfán; figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré pues, más allá de Babilonia.