2 Entonces David les dijo a Joab y a los jefes del ejército:—Vayan por todo el país, y cuenten a todos los hombres en edad militar, para que yo sepa cuántos soldados tengo.
3 Pero Joab le contestó:—Yo le pido a Dios que multiplique a su pueblo, y que lo haga cien veces más grande de lo que ahora es. Pero si ya todos te servimos fielmente, ¿para qué quieres saber cuántos somos? Lo único que vas a conseguir es que Dios nos castigue.
4 Sin embargo, la orden del rey pudo más que la opinión de Joab, y éste se vio obligado a obedecer.Cuando regresó a Jerusalén,
5 Joab le informó al rey cuántos hombres había en edad militar. En Israel había un millón cien mil, y en Judá, cuatrocientos setenta mil.
6 Pero como a Joab no le gustó lo que el rey había ordenado hacer, no contó a los hombres de las tribus de Leví y de Benjamín.
7 A Dios no le agradó lo que David había hecho, y decidió castigar al pueblo de Israel.
8 Pero David le dijo a Dios: «Hice muy mal al desconfiar de ti y basar mi seguridad en el número de mis soldados. Te ruego que me perdones por haber sido tan tonto».