32 Renuncio a mi derecho sobre el cuartel de Jerusalén. A partir de hoy, el jefe de los sacerdotes elegirá a la guardia que protege el cuartel.
33 Todas las personas de Judea que hayan sido tomadas como esclavas y llevadas a otro lugar de mi reino, quedarán en libertad sin pagar nada a cambio. Tampoco tendrán que pagar el impuesto por su ganado.
34 »Ningún judío de mi reino tendrá que pagar impuestos, o cumplir con cualquier otra obligación, durante la celebración de sus fiestas religiosas. Esto se aplica a las celebraciones del sábado, la luna nueva y las otras fiestas especiales, en las cuales se tendrán en cuenta los tres días antes y los tres días después de la fiesta.
35 Nadie tendrá derecho a molestarlos o perseguirlos por ningún motivo.
36 »También permitiré que treinta mil soldados judíos formen parte de mi ejército, y se les pagará lo mismo que a los demás soldados.
37 Los judíos ocuparán puestos importantes en el reino, y podrán estar en mis principales fortalezas. Sus jefes serán judíos que vivan de acuerdo con las leyes y costumbres de su pueblo, pues así lo he establecido para todos los judíos.
38 »Sólo el jefe de los sacerdotes tendrá autoridad sobre las tres regiones que antes pertenecían a Samaria, y que ahora han sido puestas bajo la administración de Judea.