61 Sin embargo, algunos israelitas rebeldes y malvados se presentaron ante el rey Alejandro, y le hablaron muy mal de Jonatán. Pero el rey no les hizo caso.
62-63 Al contrario, sentó a Jonatán a su lado, y ordenó que le pusieran ropa digna de un rey. Luego les ordenó a sus oficiales que llevaran a Jonatán por toda la ciudad, y que advirtieran a todo el mundo que no lo molestaran ni lo acusaran de nada.
64 Cuando los que acusaron a Jonatán vieron que éste había recibido tantas muestras de afecto por parte del rey, huyeron de allí.
65 El rey, por su parte, llenó de honores a Jonatán, lo incluyó entre sus amigos favoritos, y lo nombró gobernador y jefe del ejército.
66 Después Jonatán regresó a Jerusalén muy feliz y tranquilo.
67 En el año ciento sesenta y cinco del gobierno de los griegos, Demetrio Segundo, que era hijo del fallecido rey Demetrio, viajó de Creta a la tierra de sus antepasados.
68 Cuando el rey Alejandro se enteró de eso, se molestó mucho y regresó a la ciudad de Antioquía.