79 Muy atrás, a sus espaldas, Apolonio había dejado escondidos a diez mil soldados de caballería.
80 Pero Jonatán se dio cuenta de que le habían puesto una trampa y que lo iban a atacar por la espalda. Toda la caballería enemiga rodeó al ejército de Jonatán y lo atacó con flechas. La batalla se extendió desde la mañana hasta la tarde.
81 Sin embargo, siguiendo las órdenes de Jonatán, los soldados judíos resistieron valientemente, hasta que sus enemigos se cansaron de lanzar flechas.
82 Entonces Simón Macabeo les ordenó a sus soldados que atacaran a la infantería enemiga, y la derrotaron. Los enemigos salieron huyendo.
83 También los enemigos de caballería huyeron y fueron a esconderse en Azoto. Allí se metieron en el templo del dios Dagón, que era el dios de esa ciudad. Pensaron que eso los salvaría de morir.
84 Pero Jonatán incendió el pueblo de Azoto y los pueblos vecinos, y se apoderó de sus riquezas. Luego prendió fuego al templo del dios Dagón, y todos los que allí se habían escondido murieron quemados.
85 Ese día murieron más de ocho mil enemigos; unos murieron quemados y otros cayeron en el campo de batalla.