38 Como el país estaba en paz, y no había ningún enemigo que le hiciera daño, el rey Demetrio se deshizo de su ejército. Cada uno de los soldados regresó a su casa. Los únicos soldados que Demetrio conservó fueron los que habían llegado de varias islas, a los cuales les pagaba un sueldo. Esto hizo que los soldados que habían estado en el ejército desde hacía mucho tiempo se enojaran con él.