51 Demetrio aceptó, y ellos entregaron las armas y firmaron la paz. Los soldados israelitas fueron felicitados por el rey, y se hicieron muy famosos en todo el reino. Después de todo esto, los soldados regresaron a la ciudad de Jerusalén, llevando con ellos muchas riquezas.
52 Luego de esto, el rey Demetrio se sintió muy seguro, y el reino disfrutó de paz.
53 Por eso rompió su amistad con Jonatán Macabeo, y no cumplió ninguna de las promesas que le había hecho. En vez de premiar a Jonatán por los favores que le había hecho, comenzó a causarle daño.
54 Tiempo después, Trifón, el antiguo amigo del rey Alejandro, regresó a la ciudad de Antioquía, llevando con él al niño Antíoco. Entonces la gente proclamó como rey a Antíoco, y le pusieron la corona.
55 Todos los soldados que el rey Demetrio había despedido se unieron al nuevo rey. Luego lucharon contra Demetrio y lo derrotaron, y éste salió huyendo.
56 Así fue como Trifón conquistó Antioquía y se adueñó de los elefantes de Demetrio.
57 Luego, el joven Antíoco le escribió este mensaje a Jonatán Macabeo: «Te confirmo como jefe de los sacerdotes y como gobernador de Efraín, Lida, Ramatáim y Judea. Además, te incluyo entre mis mejores amigos».