19-20 Ahora nosotros tenemos mucho gusto en escribirles a todos los reyes y naciones, para pedirles que no les hagan ningún daño a los judíos. Les pedimos que no ataquen a su país ni a ninguna de sus ciudades. También pedimos que no presten ningún tipo de ayuda a los enemigos de los judíos.
21 Y si algunos judíos traidores se han refugiado entre ustedes, entréguenlos a Simón, jefe de los sacerdotes, para que los castigue según la ley de su Dios».
22 Esta misma carta fue enviada a los reyes Demetrio, Átalo, Ariarate y Arsaces.
23 También fue enviada a los siguientes países:Sampsame,Esparta,Delos,Mindos,Sición,Caria,Samos,Panfilia,Licia,Halicarnaso,Rodas,Faselis,Cos,Side,Arvad,Gortina,Cnido,Chipre yCirene.
24 También le enviaron una copia a Simón, jefe de los sacerdotes y gobernador de los judíos.
25 Mientras tanto, el rey Antíoco Séptimo tenía rodeada a la ciudad de Dor y la atacaba constantemente. Además seguía construyendo máquinas de guerra. Fue así que nadie podía entrar ni salir de la ciudad.
26 Entonces Simón Macabeo le envió a Antíoco, plata, oro, armas y dos mil de sus mejores soldados para que lo ayudaran.