4 Lo que quiero es llegar a mi país para vengarme de los que tanto daño le han hecho a mi reino, pues han destruido muchas de sus ciudades.
5 »Por eso, ahora te doy mi palabra de que seguirás teniendo las ventajas que te dieron los reyes anteriores. Es decir, que no tendrás que pagar impuestos,
6 y podrás hacer tus propias monedas para usarlas en tu país.
7 Los habitantes de la ciudad de Jerusalén y los que asisten al templo podrán disfrutar de su libertad. Las armas que has fabricado y las fortalezas que has construido seguirán siendo tuyas.
8 Te perdono todo lo que le debes a mi reino hasta el día de hoy. De igual manera, desde ahora, te perdono cualquier deuda que llegues a tener en el futuro.
9 »Cuando yo haya recuperado mi reino, les daré mucha fama a ti, a tu pueblo y a su templo. Así ustedes llegarán a ser muy conocidos en todo el mundo».
10 Antíoco Séptimo llegó a su país en el año ciento setenta y cuatro del gobierno de los griegos. Las tropas que ya estaban allí se pusieron de su lado. Fueron muy pocos los soldados que se quedaron apoyando a Trifón, ese general rebelde.