11 Cuando Judas se enteró, fue a pelear contra Apolonio, lo venció y lo mató. Muchos soldados enemigos murieron en esa batalla, pero algunos lograron escapar.
12 Los israelitas se apoderaban de las armas y demás utensilios que habían dejado los enemigos. Judas se quedó con la espada de Apolonio, y desde entonces ésa fue su arma preferida.
13 El jefe del ejército de Siria, llamado Serón, supo que Judas tenía un ejército de judíos fieles, listos para pelear.
14 Entonces pensó: «Ésta es la oportunidad de mi vida para hacerme famoso y ser el hombre más importante del reino. Voy a pelear contra Judas y su ejército, porque se han puesto en contra de mi rey».
15 Muchos israelitas traidores se unieron a Serón, pues querían vengarse de Judas y su ejército.
16 Cuando Serón llegó a la cuesta de Bet-horón, Judas salió a pelear contra él con muy pocos soldados.
17 Pero cuando éstos vieron que el ejército de Serón era muy grande, le dijeron a Judas:—Nosotros somos muy pocos. ¿Cómo podremos pelear contra un ejército tan fuerte y tan grande? Para colmo, estamos sin fuerzas, pues no hemos comido nada desde ayer.