13 El jefe del ejército de Siria, llamado Serón, supo que Judas tenía un ejército de judíos fieles, listos para pelear.
14 Entonces pensó: «Ésta es la oportunidad de mi vida para hacerme famoso y ser el hombre más importante del reino. Voy a pelear contra Judas y su ejército, porque se han puesto en contra de mi rey».
15 Muchos israelitas traidores se unieron a Serón, pues querían vengarse de Judas y su ejército.
16 Cuando Serón llegó a la cuesta de Bet-horón, Judas salió a pelear contra él con muy pocos soldados.
17 Pero cuando éstos vieron que el ejército de Serón era muy grande, le dijeron a Judas:—Nosotros somos muy pocos. ¿Cómo podremos pelear contra un ejército tan fuerte y tan grande? Para colmo, estamos sin fuerzas, pues no hemos comido nada desde ayer.
18 Judas les respondió:—Dios puede hacer que un ejército pequeño derrote a un gran ejército. Para derrotar a los enemigos, a Dios le da lo mismo usar un ejército grande o uno pequeño.
19 Lo importante no es tener muchos soldados, sino contar con la ayuda poderosa de Dios.