16 Cuando Serón llegó a la cuesta de Bet-horón, Judas salió a pelear contra él con muy pocos soldados.
17 Pero cuando éstos vieron que el ejército de Serón era muy grande, le dijeron a Judas:—Nosotros somos muy pocos. ¿Cómo podremos pelear contra un ejército tan fuerte y tan grande? Para colmo, estamos sin fuerzas, pues no hemos comido nada desde ayer.
18 Judas les respondió:—Dios puede hacer que un ejército pequeño derrote a un gran ejército. Para derrotar a los enemigos, a Dios le da lo mismo usar un ejército grande o uno pequeño.
19 Lo importante no es tener muchos soldados, sino contar con la ayuda poderosa de Dios.
20 Nuestros enemigos son tan crueles y orgullosos que por eso pelean contra nosotros. Vienen decididos a matarnos y a robar todo lo que tenemos. Quieren matar también a nuestras mujeres y a nuestros hijos.
21 Pero nosotros peleamos por salvar nuestras vidas y por defender las leyes que Dios nos dio.
22 Así que no tengan miedo, pues pronto verán cómo Dios destruirá a nuestros enemigos.