22 Así que no tengan miedo, pues pronto verán cómo Dios destruirá a nuestros enemigos.
23 Apenas terminó de decir estas palabras, Judas se lanzó al ataque, y derrotó a Serón y a su ejército.
24 Los israelitas los persiguieron por toda la cuesta de Bet-horón hasta llegar al valle. Ese día mataron a ochocientos soldados enemigos, y los que huyeron fueron a refugiarse en el país de los filisteos.
25 A causa de esta victoria, todos los habitantes de las naciones vecinas sintieron mucho miedo de Judas y de sus hermanos.
26 Judas se hizo muy famoso, pues en las otras naciones no se hablaba de otra cosa más que de sus victorias. ¡Hasta el rey Antíoco se enteró de sus triunfos!
27 El rey Antíoco se enojó muchísimo por los triunfos de Judas Macabeo. Como Antíoco tenía un ejército muy grande y poderoso, ordenó que se reunieran todas las fuerzas militares de su imperio.
28 Sacó de sus tesoros el dinero para pagarles a los soldados el salario de todo un año, y les ordenó que estuvieran listos para salir a pelear en cualquier momento.