29 Ellos acamparon en la zona de Bet-sur, en la tierra de Idumea.Judas Macabeo contaba con sólo diez mil hombres para hacerles frente.
30 Al ver un ejército tan grande, oró y dijo:«¡Bendito seas, Dios nuestro, libertador de Israel! Tú mataste al gigante Goliat, usando a tu siervo David. Tú entregaste al ejército filisteo en manos de Jonatán, hijo de Saúl, y de su escudero.
31 Te suplico que hagas lo mismo ahora con este poderoso ejército enemigo, y permite que tu pueblo Israel los derrote y los humille.
32 Llénalos de miedo, acaba con su orgullo para que se queden sin fuerzas; derrótalos de tal manera que no puedan recuperarse.
33 Nosotros te amamos; te ruego que nos uses para derrotarlos. Así, todos los que te conocen entonarán cantos de alabanza».
34 Los israelitas y el ejército de Lisias se lanzaron a la batalla. Los israelitas ganaron y mataron a unos cinco mil soldados del ejército enemigo.
35 Al ver Lisias que Judas y los israelitas eran muy valientes y que no les importaba morir, huyó hacia Antioquia, la capital de su país. Allí contrató más soldados para formar un ejército más grande y volver a Judea para pelear contra los israelitas.