18 Los soldados enemigos vigilaban el cuartel que estaba dentro de la ciudad de Jerusalén, y no permitían que los israelitas se alejaran de los alrededores del templo. Siempre estaban buscando la manera de hacerles daño, y apoyaban a los extranjeros del lugar.
19-20 En el año ciento cincuenta del gobierno de los griegos, Judas Macabeo decidió reunir a todos sus soldados, para acabar con esos malvados, porque ya estaba cansado de esa situación. Los reunió alrededor del cuartel de Jerusalén, y para reconquistarlo usaron máquinas de guerra que arrojaban piedras, y construyeron una rampa para escalar la muralla.
21 A pesar de eso, algunos soldados enemigos lograron escapar. Éstos y algunos israelitas traidores
22 fueron a pedir ayuda al rey Antíoco Quinto y le dijeron:«Su Majestad, ¿cuándo va usted a defendernos y a vengarnos de nuestros compatriotas?
23 Nosotros siempre servimos con gusto a su padre y le obedecimos en todo.
24 Por este motivo, ahora nuestros compatriotas nos tratan como enemigos, y tienen rodeada la ciudad. Han matado a los nuestros que no lograron huir, y nos han quitado todo lo que teníamos.
25 Por si fuera poco, también han atacado a otras regiones que le pertenecen a Su Majestad.