24 Por este motivo, ahora nuestros compatriotas nos tratan como enemigos, y tienen rodeada la ciudad. Han matado a los nuestros que no lograron huir, y nos han quitado todo lo que teníamos.
25 Por si fuera poco, también han atacado a otras regiones que le pertenecen a Su Majestad.
26 Ya han levantado murallas alrededor del templo y de la ciudad de Bet-sur. ¡Ahora están atacando el cuartel de Jerusalén, pues quieren conquistarlo!
27 Si Su Majestad no los detiene ahora mismo, ellos se harán más fuertes cada día, y usted ya no podrá vencerlos».
28 Cuando el rey escuchó estas palabras, se enfureció y llamó a todos sus amigos, a los jefes del ejército y a los jefes de la caballería.
29 También contrató soldados de otras naciones y de las islas del mar.
30 De este modo logró formar un ejército de cien mil soldados, veinte mil jinetes, y treinta y dos elefantes entrenados para la guerra.