26 Ya han levantado murallas alrededor del templo y de la ciudad de Bet-sur. ¡Ahora están atacando el cuartel de Jerusalén, pues quieren conquistarlo!
27 Si Su Majestad no los detiene ahora mismo, ellos se harán más fuertes cada día, y usted ya no podrá vencerlos».
28 Cuando el rey escuchó estas palabras, se enfureció y llamó a todos sus amigos, a los jefes del ejército y a los jefes de la caballería.
29 También contrató soldados de otras naciones y de las islas del mar.
30 De este modo logró formar un ejército de cien mil soldados, veinte mil jinetes, y treinta y dos elefantes entrenados para la guerra.
31 Este ejército pasó por la región de Idumea y acampó frente a Bet-sur. La ciudad fue rodeada y durante muchos días la atacaron con máquinas de guerra. Pero los israelitas salieron de la ciudad sin que sus enemigos se dieran cuenta. Lucharon con mucha valentía, y les quemaron las máquinas de guerra.
32 Entonces, Judas Macabeo dejó de atacar el cuartel, y acampó en Bet-zacarías, frente al campamento del ejército del rey Antíoco.