57 decidió regresar rápidamente con su ejército, y les propuso al joven rey, a los jefes del ejército y a los soldados lo siguiente:«Cada día somos menos y se nos están acabando los alimentos. El lugar que atacamos está bien protegido. Por eso, ahora lo más importante es atender los problemas del imperio.
58 Yo les propongo que hagamos las paces con esta gente, y firmemos un acuerdo con toda su nación.
59 Vamos a permitirles que vivan como antes. Recordemos que ellos se rebelaron porque les prohibimos que vivieran de acuerdo con sus leyes y costumbres».
60 Al rey y a los jefes del ejército les gustó la propuesta. Entonces ofrecieron la paz a los israelitas, y éstos la aceptaron.
61 El rey y los jefes juraron que cumplirían ese pacto, y los israelitas salieron de la fortaleza.
62 Sin embargo, cuando el rey llegó a Jerusalén y vio la fuerte muralla que habían construido los israelitas, rompió su juramento y mandó derribar toda la muralla.
63 Después salió rápidamente para Antioquía. Al llegar, se encontró con que Filipo se había apoderado de la ciudad. Entonces lo atacó y le quitó la ciudad por la fuerza.