9 por muchos días. Tan mal se sintió que pensó que se iba a morir.
10 Por eso, llamó a todos sus amigos y les dijo:«Estoy tan triste que ya no puedo dormir.
11 No termino de preguntarme por qué sufro tanto, si soy tan poderoso y apreciado por todos.
12 Pero ahora recuerdo todo el mal que hice en Jerusalén, cómo me apoderé de todos sus utensilios de oro y plata, y cómo mandé matar sin razón a mucha gente de Judea.
13 Por eso me estoy muriendo de tristeza, y voy a morir en un país que no es el mío».
14 Entonces llamó a su amigo Filipo, y le dio el poder para que gobernara todo el imperio.
15 Le puso la corona, las vestiduras de rey y el anillo. Luego le encargó que educara a su hijo, llamado también Antíoco, para que pudiera reinar cuando fuera mayor de edad.