1-2 La fuerza militar de los romanos era bien conocida. Judas Macabeo oyó hablar de ellos. Supo que trataban bien a quienes los apoyaban, y que se mostraban amistosos con quienes les pedían ayuda.Judas supo también que los romanos habían dado grandes batallas contra los habitantes de la región de las Galias, y que los habían conquistado, obligándolos a pagarles impuestos.
3 Además, supo que los romanos se habían adueñado de las minas de oro y plata de España.
4 Habían conquistado ese país gracias a su inteligencia y fuerza de voluntad, a pesar de que ese lugar estaba lejos de Roma.En efecto, los romanos derrotaron a todos los reyes que intentaron atacarlos, y los obligaron a pagarles impuestos cada año.
5 Vencieron a Filipo y a Perseo, que eran reyes de Macedonia,
6 y a Antíoco el Grande, que era rey de Asia. Sin embargo, este rey los atacó con un gran ejército y su caballería, y con carros de guerra y ciento veinte elefantes.
7-8 Esta derrota hizo que Antíoco tuviera que pagar un impuesto muy alto, lo mismo que los reyes que reinaron después de él. Y como si esto fuera poco, Antíoco tuvo que entregar como prisioneros de guerra a muchos de sus hombres, y ceder además algunas de sus mejores provincias, entre ellas Media, Lidia y la India. Tiempo después, los romanos entregaron estas provincias al rey griego Eumenes.