20 «Judas Macabeo y sus hermanos, y todo el pueblo judío, nos envían para hacer con ustedes un tratado de paz y amistad. Queremos que ustedes nos cuenten entre sus amigos y aliados».
21 A los romanos les agradó la propuesta,
22 así que escribieron una carta en láminas de bronce y la enviaron a Jerusalén. Esa carta debía conservarse como testimonio del pacto de amistad, y decía:
23 «¡Que los romanos y el pueblo judío tengan siempre bienestar en todo el mundo! ¡Que siempre disfruten de paz, y que sus enemigos se mantengan lejos!
24 »Si en algún lugar del imperio el enemigo ataca a Roma, o a alguno de sus aliados,
25 el pueblo judío luchará a favor de ellos. Lo hará como un aliado sincero, de acuerdo con las circunstancias.
26 Llegado el caso, los judíos apoyarán a Roma sin esperar ninguna recompensa. No ayudarán de ninguna manera a los enemigos de Roma. No les darán comida ni armas, ni dinero ni barcos. Esto es lo que Roma demanda de ustedes los judíos.