20 Todos en Israel estuvieron de luto, y durante muchos días lloraron la muerte de Judas. Una y otra vez exclamaban con tristeza:
21 «¡Cayó en el campo de batalla el valiente salvador de Israel!»
22 Fueron tantas las hazañas de Judas Macabeo, y tantos sus hechos de valor, que la historia no registra todos ellos.
23 Después de la muerte de Judas reaparecieron los judíos traidores, y aumentó el número de criminales.
24-25 La gente del país tenía que obedecer a esos malvados, pues el gobernador Báquides puso a algunos de ellos como gobernantes del país. Para colmo, en ese tiempo no había suficiente comida para todos.
26 Y esos malvados se dedicaron a buscar y apresar a los seguidores de Judas; luego se los llevaban a Báquides, y él los castigaba y se burlaba de ellos.
27 Desde los días en que dejó de haber profetas, nunca la nación de Israel había sufrido tanto.