29 «Desde que murió tu hermano Judas, no hemos tenido un jefe que se atreva a enfrentarse a nuestros enemigos, ni a Báquides y a todos los que odian a nuestra nación.
30 Nosotros hemos decidido que tú ocupes el lugar de Judas. Queremos que desde hoy seas nuestro jefe, y que nos guíes en nuestras batallas».
31 Fue así como, a partir de ese día, Jonatán ocupó el lugar de su hermano Judas.
32 Cuando el gobernador Báquides supo que Jonatán era el nuevo jefe de los judíos, trató de matarlo.
33 Pero Jonatán y su hermano Simón, y todos sus seguidores, se enteraron de los planes de Báquides. Entonces huyeron al desierto de Tecoa, y acamparon junto al estanque de Asfar.
34 Báquides supo de esto un sábado, y cruzó el río Jordán junto con todo su ejército.
35 La gente que acompañaba a las tropas israelitas llevaba mucho equipaje. Como Juan, el hermano de Jonatán, iba al frente del ejército, Jonatán le dijo que fuera a ver a los de la región de Nabatea, que eran sus amigos, y les pidiera que, por favor, les guardaran el equipaje.