4 y de allí salió hacia el pueblo de Beerot. Ese ejército estaba compuesto de veinte mil soldados de infantería y dos mil de caballería.
5 Mientras tanto, Judas y tres mil de sus mejores soldados habían acampado en la llanura de Elasá;
6 pero al ver que sus enemigos eran tan numerosos, sintieron miedo y muchos huyeron. En el campamento sólo quedaron ochocientos soldados.
7 Al ver huir a tantos soldados, Judas se desanimó mucho, pues la batalla no podía evitarse y ya no había tiempo para reunir a los que habían huido.
8 Pero sobreponiéndose al desánimo, Judas dijo a los que se habían quedado:—¡Vamos a luchar contra nuestros enemigos! ¡Creo que podemos vencerlos!
9 Ellos, con la esperanza de convencerlo, le dijeron:—¡Eso es imposible, pues somos muy pocos! ¡Es mejor que escapemos y nos pongamos a salvo! Más tarde podemos regresar, y con el apoyo de nuestros compatriotas pelearemos contra nuestros enemigos.
10 Pero Judas insistió:—¡Nuestro honor está en juego! Yo jamás le daré la espalda al enemigo. Si nos ha llegado la hora de morir, moriremos peleando por nuestros compatriotas.