44-45 Jonatán, por su parte, animó a los suyos y les dijo:«El enemigo nos ataca por delante y por detrás, y a los lados no tenemos más que el río, los pantanos y el monte. ¡Nunca antes hemos estado en una situación tan difícil! ¡No tenemos escapatoria! ¡Pero vamos a luchar y a defendernos!
46 ¡Ruéguenle a Dios que nos libre de nuestros enemigos!»
47 En el combate, Jonatán atacó a Báquides con su espada, pero éste lo esquivó y logró escapar.
48 Entonces Jonatán y sus seguidores corrieron hacia el río Jordán, y lo cruzaron a nado. El enemigo se quedó al otro lado del río, y no los persiguió.
49 Ese día el ejército de Báquides perdió más de mil hombres.
50-52 El gobernador Báquides regresó a Jerusalén, y en el cuartel de la ciudad levantó altas murallas, y mandó ponerles portones y cerrojos. Hizo lo mismo en los pueblos de Judea, es decir, en Jericó, Emaús, Bet-horón, Betel, Timná, Piratón, Tapuah, Bet-sur y Guézer. En cada lugar dejó suficientes alimentos, y soldados para perseguir a los israelitas.
53 Además, mandó apresar a los hijos de cada uno de los jefes de esa región, y los encerró en el cuartel de Jerusalén.