38-40 Simí le contestó al rey:—Está bien. Haré lo que ha ordenado Su Majestad.Simí vivió en Jerusalén tres años. Pero un día, se vio obligado a ir a Gat en busca de dos esclavos que se le habían escapado. Estaban con Aquís hijo de Maacá, rey de Gat. Cuando Simí volvía de Gat, montado en su burro y con sus dos esclavos,
41-42 Salomón se enteró. Entonces lo mandó a llamar y le dijo:«¡Yo te advertí que no debías salir de Jerusalén, y que si lo hacías ibas a morir! Tú estuviste de acuerdo, y me juraste por Dios que obedecerías.
43 ¿Por qué no cumpliste tu juramento ni seguiste las órdenes que te di?
44 Acuérdate de todo el daño que le hiciste a mi padre. Ahora Dios te va a hacer sufrir como hiciste sufrir a mi padre.
45 En cambio, a mí me va a bendecir, y los descendientes de mi padre reinarán para siempre».
46 Después el rey le ordenó a Benaías que matara a Simí. De esta manera, Salomón tomó completo control de su reino.