4 y decir: «¡Escuchen, israelitas! Saúl ha destruido un cuartel de los filisteos. Prepárense, porque ahora ellos van a odiarnos más, y nos atacarán».
5 Y así sucedió. Los filisteos se reunieron para atacar a los israelitas. Llegaron treinta mil carros de guerra, seis mil soldados de caballería, y un ejército que ni siquiera se podía contar. Todos ellos acamparon en Micmás, al este de Bet-avén.
6 Muchos israelitas pensaron que no podrían vencer al ejército filisteo, así que fueron a esconderse en cuevas y agujeros, entre las piedras y dentro de pozos secos,
7 y no faltaron algunos que cruzaron el río Jordán y se fueron a la tierra de Gad y de Galaad. Saúl se quedó en Guilgal, pero todos en su ejército estaban temblando de miedo.
8 Allí en Guilgal Saúl esperó a Samuel siete días, para que presentara las ofrendas y los sacrificios, pues antes de eso no podían empezar la batalla. Pero al ver Saúl que Samuel no llegaba y que los de su ejército comenzaban a huir,
9 ordenó: «Tráiganme los animales y las ofrendas de paz que vamos a presentarle a Dios».Y Saúl mismo presentó las ofrendas.
10 Todavía no terminaba de ofrecerlas cuando Samuel llegó. Al verlo, Saúl fue a saludarlo; pero Samuel le dijo: