26 Pero Samuel le respondió:—Dios ya no quiere que seas rey, porque no quisiste hacer lo que te mandó. Así que yo no te voy a acompañar.
27 Luego Samuel le dio la espalda a Saúl y empezó a alejarse. Pero Saúl agarró a Samuel por el manto, y de un tirón se lo arrebató.
28 Entonces Samuel le dijo:—Así es como Dios te va a arrebatar el reino de Israel, para dárselo a un israelita mejor que tú.
29 El Dios que le da la victoria a Israel siempre cumple su palabra, no cambia de opinión, como lo hace la gente.
30 Saúl le rogó:—Reconozco mi pecado pero, por favor, ¡trátame como rey delante de los jefes del pueblo y de toda la gente! ¡Ven conmigo y hagamos un culto para adorar a Dios!
31 Samuel aceptó ir con Saúl, y los dos adoraron a Dios.
32 Luego, Samuel ordenó: «¡Tráiganme a Agag, el rey de los amalecitas!»Mientras lo llevaban ante Samuel, Agag pensó que ya no lo iban a matar.