22 David dejó la comida con uno de los guardias y se fue corriendo para saludar a sus hermanos.
23 Mientras hablaba con ellos, escuchó cuando Goliat salió de entre los filisteos y empezó a gritar y a desafiar a los israelitas.
24 Cuando éstos vieron a Goliat, les dio mucho miedo y huyeron.
25-27 Pero David les preguntó a los que estaban cerca de allí:—¿Quién se cree este extranjero, que se atreve a desafiar a los ejércitos de Dios? ¿Qué le darán a quien lo mate y le devuelva la honra a Israel?Y le contestaron a David:—Quien mate a ese atrevido, se casará con la hija del rey Saúl. También recibirá muchas riquezas, y su familia no volverá a pagar impuestos.
28 Cuando Eliab, que era el hermano mayor de David, escuchó la conversación de David con los soldados, se enojó muchísimo y le preguntó a David:—¿A qué viniste? ¿Con quién dejaste tus pocas ovejas en el desierto? Yo sé bien que eres un mentiroso y un malvado. Sólo viniste a ver la batalla.
29 Pero David le respondió:—¿Y ahora qué hice? ¿Qué, ya no puedo ni hablar?
30 Y David se alejó de su hermano, pero fue y le preguntó a otro soldado en cuanto a la recompensa que ofrecía el rey. Y el soldado le repitió lo que ya le habían dicho.