24 Entonces David fue a esconderse en el campo.Cuando empezó la fiesta de la luna nueva, el rey se sentó a comer
25 junto a la pared, como siempre lo hacía. Jonatán se sentó enfrente del rey, y Abner se sentó a su lado. El lugar de David estaba vacío.
26 Saúl no dijo nada ese día porque pensó: «Tal vez David no vino por no haber cumplido con los ritos para purificarse».
27 Al día siguiente, que era el segundo día del mes, el lugar de David seguía vacío. Entonces Saúl le preguntó a su hijo Jonatán:—¿Por qué David no vino a comer ni ayer ni hoy?
28 Y Jonatán le respondió:—David me rogó que le diera permiso de ir a Belén,
29 porque su hermano lo mandó a llamar. David va a presentar la ofrenda anual en Belén, junto con su familia. Yo le di permiso. Por eso no vino a comer contigo.
30 Saúl se enfureció contra Jonatán y le gritó:—¡Hijo de mala madre! Ya sabía que estabas del lado de David. ¡Qué vergüenza para ti y para tu madre!