14 Uno de los sirvientes de Nabal fue a decirle a Abigail, su esposa:«David envió unos mensajeros a nuestro amo, con un saludo amistoso. Pero él los insultó,
15 a pesar de que ellos han sido muy buenos con nosotros.»Todo el tiempo que hemos estado con ellos en los campos, nunca nos han maltratado ni nos han robado nada.
16 Al contrario, siempre nos han protegido.
17 »Nuestro amo Nabal es tan malo que nadie se atreve a decirle nada. Y David ya decidió atacarnos a todos nosotros. ¡Por favor, haga usted algo!»
18 Abigail no perdió tiempo. De inmediato le envió a David doscientos panes, dos recipientes de cuero llenos de vino, cinco ovejas asadas, cuarenta kilos de grano tostado, cien racimos de pasas y doscientos panes de higo. Toda esta comida la cargó Abigail en unas burras,
19 y le dijo a sus sirvientes: «Adelántense ustedes, que yo iré después».Sin decirle nada a su esposo,
20-22 Abigail se montó en un burro y empezó a bajar del cerro. También David y sus hombres venían bajando del cerro. Y David les dijo:«De nada nos ha servido cuidar en el desierto las ovejas de ese hombre. Nunca le he pedido nada y, sin embargo, me ha pagado mal el bien que le he hecho. ¡Que Dios me castigue duramente si antes de que amanezca no he matado a Nabal y a todos sus hombres!»En ese momento, David y sus hombres se encontraron con Abigail.