11 Isaías le rogó a Dios que lo hiciera así, y Dios hizo que la sombra retrocediera diez grados en el reloj de Ahaz.
12 Merodac-baladán hijo de Baladán, que era rey de Babilonia, se enteró de que Ezequías había estado enfermo, así que le envió mensajeros con cartas y un regalo.
13 Ezequías les dio la bienvenida y les mostró todos los tesoros del palacio, el oro y la plata, los perfumes, los aceites finos, y las armas y todo lo que había en las bodegas. Recorrieron todo el palacio y el reino, y no hubo nada que Ezequías no les mostrara.
14 Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey y le preguntó:—¿Y esa gente de dónde vino? ¿Qué te dijeron?Ezequías respondió:—Vinieron de Babilonia, que es un país muy lejano.
15 Isaías le preguntó:—¿Qué vieron en tu palacio?Ezequías contestó:—¡Todo! Les mostré todo lo que tengo en mi palacio y en mis bodegas.
16 Entonces Isaías le dijo:—Escucha este mensaje de parte de Dios:
17 “En el futuro, todo lo que hay en tu palacio será llevado a Babilonia. Se llevarán todo lo que juntaron tus antepasados hasta el día de hoy. No va a quedar nada.