8 Cierta vez, el rey de Siria, que estaba en guerra con Israel, reunió a sus oficiales y les indicó en qué lugares planeaba acampar.
9 Pero Eliseo le mandó a decir al rey de Israel dónde iba a acampar el rey de Siria, para que no pasara por allí.
10 Así que el rey de Israel envió a su ejército al lugar que le había indicado Eliseo, y así se salvó en varias oportunidades.
11 El rey de Siria estaba muy confundido por lo que pasaba. Llamó a sus oficiales y les dijo:—¿Quién de los nuestros está a favor del rey de Israel? ¿Quién le informa lo que pensamos hacer?
12 Uno de sus oficiales contestó:—Ninguno, Majestad. ¡El profeta de Israel, Eliseo, le informa al rey aun lo que usted habla en lo más privado de su habitación!
13 Entonces el rey de Siria ordenó:—Vayan y averigüen dónde está Eliseo, para mandar a capturarlo.Cuando le avisaron al rey que Eliseo estaba en Dotán,
14 envió allí carros, caballos y un gran ejército. Llegaron de noche y rodearon el pueblo.