11-16 Una vez más, David le preguntó:—¿De dónde dices que eres?Él respondió:—Soy hijo de un amalecita que vino a vivir en Israel.Entonces David le dijo:—¿Y cómo te atreviste a matar a quien Dios eligió como rey de su pueblo? Tú mismo reconoces tu culpa al decir: “Yo maté al elegido de Dios”.Enseguida le ordenó David a uno de sus oficiales que matara al amalecita, y el oficial lo mató. Después de eso, David y sus hombres rompieron su ropa para mostrar su tristeza por la muerte de Saúl y Jonatán, y se echaron a llorar. Luego ayunaron y estuvieron muy tristes, pues también habían muerto muchos soldados israelitas.
17 David entonó un canto para expresar su tristeza por la muerte de Saúl y Jonatán,
18 y ordenó que ese canto se le enseñara a toda la gente de Judá. Ese canto aparece en el libro del Justo, y dice así:
19 «¡Pobre Israel!¡Los valientes que eran tu orgullocayeron muertos en las montañas!
20 »¡No se lo digan a nadie en Gat,ni lo cuenten por las calles de Ascalón!¡Que no se alegren las ciudades filisteas,ni haga fiesta esa gente idólatra!
21 »¡Que nunca más vuelva a lloveren los campos y colinas de Guilboa!¡Fue allí donde se burlaronde los escudos de los valientes!¡Fue allí donde perdió su brilloel escudo de Saúl!
22 »¡Tanto las flechas de Jonatáncomo la espada de Saúlsiempre estaban empapadas de sangre!¡Siempre se clavaban en la grasade sus enemigos más valientes!