28 Absalón vivió dos años en Jerusalén, y durante todo ese tiempo nunca se le permitió ver al rey.
29 Un día, Absalón le pidió a Joab que fuera a ver al rey de su parte, pero Joab no aceptó. Una vez más, Absalón le pidió a Joab que fuera a ver al rey, pero Joab se negó a ir.
30 Entonces Absalón les dijo a sus sirvientes: «Joab tiene un campo junto al mío, y está lleno de cebada. Vayan y préndanle fuego».Los sirvientes fueron y cumplieron las órdenes de Absalón.
31 Por eso Joab fue a hablar con Absalón y le dijo:—¿Por qué mandaste a quemar mi campo?
32 Y Absalón le contestó:—Porque quiero que vayas a ver al rey y le des este mensaje: “¿Para qué me hiciste venir de Guesur, si no me dejas visitarte? ¡Mejor me hubiera quedado allá! Yo te ruego que me permitas ir a verte; y si he hecho algo malo, ordena que me maten”.
33 Joab fue a ver al rey y le dio el mensaje de Absalón. Entonces David lo mandó a llamar. Cuando se encontraron, Absalón se inclinó hasta el suelo, pero David lo levantó y le dio un beso.