2 Samuel 15:22-35-36 TLAD

22 Al oír esto, David dejó que los acompañara.

23-30 Cruzó entonces con toda su gente el arroyo de Cedrón, y comenzaron a subir por el Monte de los Olivos. Todos ellos iban llorando, y con la cabeza cubierta y descalzos.Estaban por salir de Jerusalén cuando llegaron Abiatar y Sadoc con todos sus ayudantes, y éstos llevaban el cofre del pacto de Dios. Los ayudantes pusieron el cofre junto a Abiatar, hasta que pasó toda la gente. Entonces el rey le dijo a Sadoc:«Lleva el cofre de vuelta a la ciudad. Si Dios me tiene compasión, volveré a ver su cofre. Eso tú debes saberlo, pues eres profeta. Pero si no es así, que sea lo que Dios quiera. Tú y tu hijo Ahimaas pueden regresar a Jerusalén en paz, junto con Abiatar y su hijo Jonatán. En cuanto a mí, andaré por los caminos del desierto. Allí podrás hacerme llegar cualquier mensaje».Entonces Sadoc y Abiatar, y los ayudantes que llevaban el cofre de Dios, regresaron a Jerusalén y se quedaron allí. Por su parte, David y su gente se fueron al desierto. En el camino, quienes los veían se ponían a llorar a gritos.

31 Más tarde, David supo que Ahitófel se había unido al grupo de traidores que andaban con Absalón. Entonces dijo: «Dios mío, te ruego que eches a perder los planes de Ahitófel».

32 Cuando llegaron a la parte alta del cerro, que era donde se rendía culto a Dios, Husai el arquita fue a ver a David. Iba con la ropa toda rota, y se había echado polvo en la cabeza para demostrar su tristeza.

33 Al verlo, David dijo:«Si te unes a mí, me vas a complicar la vida.

34 Mejor regresa a Jerusalén y ponte a las órdenes de Absalón, como antes te pusiste a las mías. Así echarás a perder los planes de Ahitófel.

35-36 Además, en Jerusalén contarás con la ayuda de los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y de sus hijos Ahimaas y Jonatán. Cuéntales a ellos todo lo que oigas en el palacio, para que ellos me lo hagan saber».