1 Dios eligió a David, el gran poeta de Israel, y le dio el lugar más importante. Lo que sigue fueron las últimas palabras de David:
2 «Estas palabras no son mías;son palabras del espíritu de Dios,que habla por medio de mí.
3 Y esto es lo que me dijoel Dios que ayuda a Israel:“El rey que me toma en cuentaen todo lo que hace,y es justo con su pueblo,
4 es como la luz de la mañanay como el sol después de la tormenta:le hace bien a la tierra,y hace crecer la hierba”.
5 »Dios hizo un pacto conmigo;un pacto seguro y bien hechoque durará para siempre.Por eso mi familia siempre estará segura,y Dios cumplirá todos mis deseos.
6-7 »La gente malvada es como los espinos,que nadie se atreve a tocarlos.Más bien, se arrojan al fuego,como si fueran basura,hasta quemarlos por completo.¡Nadie jamás vuelve a recogerlos!»