1-3 Después de esto, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón para hablar con David, y los líderes le dijeron:«Su Majestad, nosotros somos familiares de usted. Queremos que sea nuestro rey. Aun cuando Saúl era el rey, usted era el verdadero líder de Israel. Ahora se ha cumplido la promesa de Dios, de que usted llegaría a ser nuestro líder y nuestro jefe».Entonces David hizo un pacto con ellos y puso a Dios como testigo. Por su parte, los líderes de Israel derramaron aceite sobre la cabeza de David y lo declararon su rey.