11 como cuando los gobernaban los jueces. Tú, por tu parte, vivirás en paz con tus enemigos. Además, yo haré que de tus descendientes salgan los reyes de Israel.
12 ”Después de tu muerte, yo haré que uno de tus hijos llegue a ser rey de mi pueblo.
13 A él sí lo dejaré que me construya una casa, y haré que su reino dure para siempre.
14 Yo seré para él como un padre, y él será para mí como un hijo. Si se porta mal, lo castigaré como castiga un padre a su hijo,
15 pero nunca lo abandonaré como abandoné a Saúl.
16 ”Además, yo haré que el reino de tus hijos sea firme y dure para siempre”».
17-18 Natán fue y le dio el mensaje a David. Entonces David fue a la carpa donde estaba el cofre, se sentó delante de Dios, y le dijo:«Mi Dios, ¿cómo puedes darme todo esto, si mi familia y yo valemos tan poco?