2 Entonces David le dijo al profeta Natán:—No está bien que yo viva en un palacio de maderas finas, mientras el cofre del pacto de Dios está en una carpa.
3 Natán le contestó:—Haz lo que creas más conveniente, pues Dios te apoya en todo.
4 Sin embargo, Dios habló con Natán esa misma noche, y le dijo:
5 «Ve y dile de mi parte a David lo siguiente: “¿Cómo está eso de que tú quieres construirme una casa?
6-7 Dime cuándo les pedí a los jefes de Israel que me hicieran una casa de maderas finas. ¡Si desde que los saqué a ustedes de Egipto, siempre he vivido en una carpa!
8 ”Yo soy el Dios todopoderoso. Yo soy quien te puso al frente de mi pueblo cuando eras un simple pastor de ovejas.
9 Yo soy quien siempre te ha cuidado, y te ha ayudado a derrotar a tus enemigos. Y soy también quien te hará muy famoso en este mundo.