25 »Cuando ustedes hayan ocupado esa tierra, y tengan hijos y nietos, no se hagan ningún ídolo, ni mucho menos vayan a adorarlo. Estarían cometiendo un terrible pecado, y harían que Dios se enojara.
26 El cielo y la tierra son testigos de que, si no obedecen, no vivirán mucho tiempo en esa tierra que está al otro lado del río Jordán, sino que muy pronto morirán.
27 »Sólo a unos cuantos Dios les permitirá vivir en otros países.
28 Allí adorarán ídolos de madera y de piedra, estatuas que no pueden ver ni oír, ni comer o respirar, porque el hombre mismo los ha hecho.
29 Sin embargo, si ustedes son sinceros, y de corazón le piden a Dios que los perdone, aun en esos países Dios los perdonará.
30 Si en medio de su angustia y sufrimiento ustedes vuelven a obedecer a Dios,
31 él no los abandonará ni los destruirá, porque los ama mucho. Dios jamás se olvidará del pacto que hizo con los antepasados de ustedes, pues se comprometió a cumplirlo.