1 Éstas son las leyes que nuestro Dios me ordenó enseñarles, para que las cumplan en la tierra que están por ocupar.
2-3 Si obedecen a Dios y lo adoran tal como les he enseñado, llegarán a ser un pueblo muy grande. Disfrutarán de esta tierra, tal como nuestro Dios se lo prometió a nuestros antepasados. ¡Es tan fértil que siempre hay abundancia de alimentos!
4 »¡Escucha, pueblo de Israel! Nuestro único Dios es el Dios de Israel.
5 Ama a tu Dios con todo lo que piensas, con todo lo que eres y con todo lo que vales.
6 Apréndete de memoria todas las enseñanzas que hoy te he dado,
7 y repítelas a tus hijos a todas horas y en todo lugar: cuando estés en tu casa o en el camino, y cuando te levantes o cuando te acuestes.
8 Escríbelas en tiras de cuero y átalas a tu brazo, y cuélgalas en tu frente.