6 [6] Era uno de los prisioneros que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se había llevado de Jerusalén junto con el rey Joaquín de Judá.
7 [7] Mardoqueo había criado a una prima suya llamada Ester, porque era huérfana. Cuando murieron sus padres, Mardoqueo la adoptó como hija propia. Ester era muy hermosa y elegante.
8 [8] Cuando se conoció la orden dada por el rey, muchas jóvenes fueron llevadas al palacio, y quedaron al cuidado de Hegai. Entre ellas estaba Ester.
9 [9] Hegai se fijó en ella, y le agradó tanto que, enseguida, ordenó que se le dieran cremas de belleza y comida especial. También le ordenó a siete de las mejores muchachas del palacio que atendieran a Ester, y que le dieran una de las mejores habitaciones en la casa de las mujeres.
10 [10] Ester no decía de qué pueblo ni de qué raza era ella, porque Mardoqueo le había pedido que no se lo dijera a nadie.
11 [11] Todos los días Mardoqueo iba y venía por el patio de la casa de las mujeres, para ver si Ester estaba bien y cómo la trataban.
12 [12] Las jóvenes debían presentarse por turno ante el rey, pero antes de hacerlo se debían someter a un tratamiento de belleza durante doce meses, pues ésa era la costumbre. Los primeros seis meses debían untarse aceite de mirra en sus cuerpos, y el resto del tiempo ponerse perfumes y cremas.