Ester (Dc) 7:8-9 TLAD

8-9 [8-9] Cuando el rey regresó del jardín y entró a la sala, vio que Amán estaba demasiado cerca de Ester. Entonces el rey exclamó:—¡Sólo eso me faltaba! ¡Que le faltes al respeto a mi esposa ante mis ojos, y en mi propia casa!Cuando los guardias oyeron los gritos del rey, entraron y le cubrieron la cara a Amán. Uno de los guardias, llamado Harboná, dijo:—En la casa de Amán hay una horca de veintidós metros de alto. Él la preparó para Mardoqueo, el judío que le salvó la vida a Su Majestad.

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